“Entrad
por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que
lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es
la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la
hallan.” Mateo 7:13-14
Vivimos en un
mundo que insiste en modelar nuestro día a día, bien sea que te lleve a estar
en la onda del momento en lo referente a moda, el teléfono de última generación,
la música actual o que sostengas una postura competitiva y egoísta, en fin algo
que demuestre que si cabemos en lo que el sistema presenta para la generación
de este siglo. Así vemos al hombre enfrentar un sinfín de decisiones a diario y
la gran pregunta ¿Qué camino debería
tomar? Nada mejor que acudir a la sabiduría de Dios para tomar tales
decisiones.
Jesús enseño acerca de la puerta angosta; la puerta por la que no es
fácil seguir, porque está lleno de estrechez por donde los que corren en el
diario vivir quizás no les quepa la idea sea la mejor ruta a tomar, pues existe
otro camino tan ancho y espacioso, donde encuentra tanto placer y deleite la
carne, sin embargo no es un camino que lleve a la buena vida.
Punto de acción: ¿Te has sentido
como una persona que tambalea en su relación con Dios? ¿Eres vulnerable ante
las tentaciones? Si es afirmativo te invito a orar y decir “Dios no siempre
me es fácil hacer el bien, por eso quiero agradecer que tu fidelidad hacia mí
no cambia, por favor perdóname, porque te he fallado, fortalece mi ser y ayúdame a
agradarte tomando el camino correcto en mi diario vivir, amen”
Reflexión: el Camino hacia la verdad y el bien no siempre serán de fácil
acceso, ni de atajos; pero, si de paz y vida.
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