Mi postura podría hacer la diferencia.
Quien no desearía un mundo donde cese la
violencia, donde los conductores respeten las señales de tránsito, la
cordialidad apacigüe la ira, los tratados de
paz de los países en conflicto sean un éxito, donde las instituciones
educativas, entes gubernamentales y ambientes laborales poseyeran una cálida armonía,
donde imperara la cooperación y la bondad, en fin, el punto es que deseamos ver
escenas donde todo sea diferente, pudiendo agregar un grano de arena no olvidando
que el respeto y la tolerancia que mostramos a los demás juega un papel
fundamental para construir y alcanzar un
mejor mundo.
Hay grandes escenarios que
demuestran la ausencia de bienestar, pero, ¿que de los pequeños? Como nuestra
oficina donde la murmuración ha hecho mella del buen trato y de la credibilidad
del personal, de las escuelas donde Anita cojea a causa de un accidente sin
embargo debe cargar con la burla de sus compañeros de clases, del vecindario
donde Lupe y su familia son el punto negro del lugar, de los hombres y mujeres
que deben ocultar su criterio político; La hostilidad se ha encargado de
dividir al hombre, esa actitud agresiva ha propiciado las guerras, el irrespeto
a la vida, el vandalismo, los maltratos físicos y verbales. Hay lugares tan
cercanos a nosotros donde se suscitan enfrentamientos por ver quien prevalece: “respeto
Vs irrespeto”, “tolerancia Vs intolerancia”; nuestra postura frente a las
situaciones podría hacer la diferencia.
“La blanda
respuesta quita la ira; más la áspera hace subir el furor.” Proverbios 15:1
No hay comentarios:
Publicar un comentario